NAMECORE: La fiebre por darle nombre a cualquier tendencia

Seguramente en este último tiempo han escuchado alguna vez hablar de: BARBICORE, COTTAGECORE, NORMCORE, GORPCORE, BALLETCORE, REGENCYCORE, BLOKECORE y muchas más. Pero no, no es un trabalenguas.

La pregunta es: ¿Qué significa el sufijo CORE que acompaña a las tendencias más virales del momento?

Todos los días me levantó, scrolleo Instagram o TikTok y me encuentro con un nuevo “CORE”, una nueva estética, una nueva tendencia bajo un nuevo nombre en la que ya existen adeptos, fanáticos y embajadores de la noche a la mañana.

En internet, en materias de estética o «aesthetics» como les gusta decir ahora, existe una obsesión insaciable por nombrar cosas, y esto claramente tiene que recibir un nombre ja, ja, ja y se llama: “NAMEcore”.

El término “core” en inglés significa el centro o meollo de algo, y en moda, una tendencia “core” es aquella que se origina y envuelve un concepto o ambiente específico, en consonancia con las tendencias sociales del momento.

NAMECore es justamente el nombre que recibe esta fiebre que vemos últimamente de darle nombre a tendencias cada vez más fugaces, pero no por eso menos intensas.

­Nombrar tendencias y subculturas no es algo nuevo. Todos escuchamos hablar de los punks, los mods, los hippies. Incluso en mi adolescencia estaban muy vigentes las tribus urbas como los floggers o los emos. La necesidad de agruparnos socialmente e identificarnos con una estética común, es algo propio del ser social y de la sociedad postmoderna, sobre todo.

Lo que llama la atención del NAMECore es la cantidad, la profundidad o intensidad con la que se incorporan y la frecuencia con la que surgen y desaparecen nuevos términos de tendencias o subculturas,

La Generación Z (los nacidos a partir del 2000) están redefiniendo la forma de consumir moda, a través de las plataformas digitales.

“Prácticamente, todos los días hay un nuevo tipo de microcultura, micro-nicho, estética o vibra”, dice Tony Thorne, director del Archivo de Argot y Nuevos Idiomas del King’s College de Londres, para un artículo de The Face que habla del tema.

«Mientras que antes un puñado de tendencias destacadas podían definir una década -por ejemplo, los skinheads, la música disco y los metalheads en los años 70-, ahora vemos que otras tantas, si no más, se apoderan de TikTok en una sola semana.».

Lo que sucede en estos tiempos es que no solo la comunicación se ha vuelto masiva. La hiperproducción de indumentaria y los canales de comercialización, con una oferta prácticamente infinita, de precio accesible, y de entrega inmediata, ayudan a este fenómeno que un día descubre una tendencia, y a la semana siguiente buscando en el # de tendencia, nos encontramos con cientos de adeptos, vestidos, viviendo en casas y creando experiencias de entretenimiento vinculadas a ese «CORE» que hasta hace algunos días era completamente desconocido.

Y no hace falta que tus amigos estén en la misma onda, ya que INTERNET nos permite encontrarnos con personas de todas partes del mundo que tengan la misma sensibilidad por el mismo tema o la misma estética y no sentirnos tan solos, porque al fin y al cabo las personas, en gran parte, utilizan la moda como una forma de identificación y pertenencia.

Uno de los «CORE» que más me sorprendió fue el famoso: Regencycore. El origen de todo esto fue la serie de Netflix: Bridgerton. El Regencycore surgió como respuesta al lanzamiento de la segunda temporada en 2022.

Este CORE hacía referencia precisamente a la fiebre por todo lo que tiene que ver con la época de la Regencia (inglesa) desde 1811 a 1820.

¿Cómo una estética tan contrastante con la actualidad se convirtió en una tendencia actual? No tengo idea, la magia de TikTok y de Netflix lo han logrado.

En un mundo digital donde las tendencias nacen y desaparecen a la velocidad de un clic, la obsesión por nombrar y etiquetar todo lo que vemos, es un reflejo de nuestra necesidad constante de identidad y pertenencia en línea. En este Namecore, el nombre es efímero, la tendencia pasa, pero la búsqueda de identidad, pertenencia y conexión sigue siendo constante, como una especie de rueda de hámster infinita que sostiene una industria de consumo.

Ahora mi pregunta es: ¿Es acaso este el PICO DEL NAMECore y esta fiebre por generar tendencias cada vez más rápidas? ¿Estamos el pico de esta dinámica de nombrar tendencias cada vez más específicas y de nicho, o creen que esto es solo el comienzo?

Si me preguntan a mí, creo que estamos llegando a su pico.

El ritmo de aparición de «CORES» genera que ninguno termine de tomar la relevancia suficiente como para masificarse demasiado ni por mucho tiempo. Incluso los más exitosos, como por ejemplo el BARBIECORE que tuvo un impulso marketinero muy fuerte con la película, trabaja de manera diferente al que trabajaban las tendencias anteriormente.

Se viralizan MUY RÁPIDAMENTE en cuestión de horas y días, pero no se sostienen más de un par de semanas. El mundo se tiño de rosa durante la semana del estreno y la siguiente, y luego lo fuimos viendo desdibujarse. Y esto sucedió hace apenas unos meses.

Luego de la viralización, viene el periodo de desprendimiento. El aburrimiento o el hartazgo, y muchas veces el péndulo, se inclina incluso hacia lo extremadamente contrario.

Esto es todo por hoy. Como verás, entre el newsletter del hartazgo de Fashion Week y este, existen muchos puntos en común, y el caudal de información y consumo son sus principales ejes.

Ahora quiero que me cuentes tu opinión. Si te gusto, o no te gusto, si lo ves, o no lo ves, o si te parece que es algo completamente insignificante.

Te leo.


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