Me harté de Fashion Week

,

¡EL AGOTAMIENTO ES TOTAL!

Y seguramente ustedes pensaran: ¿Qué te pasa, si hasta el correo anterior nos estaba haciendo un resumen de todas estas semanas?

Y la realidad es que vengo viendo que a los 35 años, me quedan pocas pulgas, y que empiezo a replantearme: ¿Qué cambio desde hace un tiempo hasta hoy?.

Luego de más de 10 años trabajando en moda, reportando noticias de los principales desfiles y las semanas de la moda, hay algo que ME AGOTO!

La maratón diaria, semanal de desfiles, estar al día con los cambios de las cabezas directivas de cada casa, ver en loop propuesta tras propuesta, tratar de comprender el contexto de la colección para no consumir el contenido solo de manera vacía y estético, la reciente teatralización de las diferentes presentaciones que hace, que las redes se inunden de los momentos virales de cada desfile, el exceso de atención que se le da al front row por sobre la propuesta creativa, la marketinizacion del fashion dream de «asistir a la semana de la moda», todo esto YA ME TORRA!

Y ojo, no quiere decir que no me guste ver un desfile, o una propuesta de un diseñador, pero EL VOLUMEN de cosas que suceden, en el breve tiempo, sin contar que cuando termina Fashion Week Prêt-à-porter, sigue otra semana y otra y otra, así hasta el infinito, hace que me empiece a hacer ruido TANTO DESPLIEGUE para una industria que al menos debería replantear su lógica de producción y comercialización de una vez por todas.

Pero esto no es algo nuevo que me sucede, la pandemia me había hecho ilusionar con que las cosas cambien. Pero una vez finalizada, y con la vuelta a la normalidad, el fenómeno de la «FASHION WEEK» se hizo mucho más fuerte y más viral, hasta incluso semanas de la moda más alternativas y menos virales como #CPFW se volvió mainstream.

¡Todo esto ME AGOTO!

¿QUE TAN IMPORTANTE ES FASHION WEEK?

Este año, se celebran los 80 años, desde la primera Fashion Week celebrada en NY en 1943. En sus inicios, los grandes desfiles, se organizaban para que los compradores mayoristas, fueran a conocer las colecciones de las marcas, para luego seleccionar las piezas que deseaban comprar y colocarlas en sus tiendas.

También solían sumarse algunas compradoras minoristas vips y algunos editores de moda, que eran invitados a modo de agasajo por parte de las marcas. Era un público superselectivo y especifico y las marcas eran muy pocas.

Con el tiempo, el objetivo comercial concreto, fue disminuyendo, ya que los compradores armaban sus notas de pedido de manera diferente y las clientas vips también, y se convirtieron en eventos más de difusión y no tan comerciales. Surgieron las diferentes capitales: Milán (1958) París (1973) Londres (1984), y la esencia paso a ser la presentación conceptual por parte de la marca, de las colecciones que iban a presentar en la próxima temporada. Algo así como un «espectáculo» para la prensa, y las celebridades del momento, abriendo de esta manera, las ventanas de estos espectáculos al mundo entero, pero no las puertas.

Siguiendo con la línea del tiempo, llegamos a los 2000, con la llegada de las redes, la globalización explotada, los costos de traslado en sus pisos históricos y la marketinizacion de la ciudad capitales de la moda, las FASHION WEEK se convirtieron en un FENOMENO MASIVO. Que no solo brinda un espectáculo de moda al mundo entero, sino que se convierten en fenómenos turísticos con impactos muy importantes para las economías de los países en donde se desarrollan. En 2012, la Corporación de la Ciudad de Nueva York de Desarrollo Económico reportó que el Fashion Week contribuyó 850 millones de dólares a la economía local. Esto es más que el Abierto de EUA, el maratón de Nueva York y el Súper Bowl. Por su parte, en lugares como Milán y París también representa una gran influencia económica, ya que los hoteles tienen su mayor ocupación y se incentiva la economía local.

Esta MASIFICACIÓN DE LA MODA COMO ESPECTACULO, genera que cada vez más marcas presenten sus colecciones, cada vez más países desarrollan sus fashion weeks, además de que surgieron también semanas de la moda orientadas hacia diferentes productos, como la semana de la moda de trajes de baño (Miami Swim Week), o la semana de la moda Nupcial. Los calendarios se aprietan cada vez más, y el turismo fashionista está obteniendo cada vez más adeptos. Incluso existen agencias que organizan viajes para asistir a la semana de la moda, logrando sentar a sus clientes en algunos desfiles (obviamente no los más reconocidos, pero sí, vivir la experiencia Fashion Week, y sentirte Anne Wintour por unos días😅 ) Lo que en algún momento paso de ser exclusivo, hoy se convirtió en un combo turístico para muchos.

Pero… ¿Y dónde quedo la INDUMENTARIA en todo este ESPECTÁCULO?.

En paralelo a todo este crecimiento de la experiencia turística de visitar las semanas de la moda, también se generó el fenómeno de la masificación de acceso al contenido de estos desfiles.

Cuando todo esto inicio, debíamos esperar las publicaciones de las revistas que se hacían días, semanas o meses más tarde, para enterarnos de «lo nuevo».

Hoy en día, ya no solo es posible para algunos aficionados asistir a desfiles, sino que también, es posible ver en detalle todas las colecciones de los diseñadores en tiempo real. Incluso vemos mucho mejor un desfile desde el sillón de nuestras casas por medio de nuestro celular, que quizás en una tercera o cuarta fila en el desfile de una marca en París.

Además, el peso que tenía hace 50 años, que un diseñador presente una tipología diferente, un color, o un género, era mucho mayor al de hoy en día.

Los métodos de producción de indumentaria, la industria fast fashion y los ritmos acelerados de internet, han generado un cambio rotundo en los hábitos de consumo de la moda. Por lo tanto, lo que es presentado en Fashion Week, a los pocos días, es imitado por marcas low cost y llevado a la calle en un plazo de semanas, que por la ansiedad generalizada de la sociedad, se convierte en «viejo» a los pocos días, y necesita alimentarse de otro input para sostener la maquinaria de consumo y los ambiciosos objetivos de venta de la industria textil.

Las grandes marcas han comprendido esto, y han irrumpido con presentaciones intermedias entre FASHION WEEK Y FASHION WEEK con desfiles crucero, lanzamientos de cápsulas y una batería extensa de herramientas de marketing, pero incluso así, no dan abasto para recuperar el monopolio de imposición de tendencias, que tenían en los años 50/60/70.

Entoooooncessss,

¿ES LA FASHION WEEK un EVENTO RELEVANTE AL QUE PRESTAR ATENCIÓN SI TE INTERESA LA INDUSTRIA DE LA MODA Y EL DISEÑO o simplemente es UN FENÓMENO TURÍSTICO, COMERCIAL Y DE ESPECTÁCULO?

La respuesta no los sorprenderá: Es las dos cosas.

Obviamente que más allá del agotamiento visual y mental que me genera estos calendarios, no puedo dejar de reconocer que existen propuestas INCREÍBLES que no dejan de sorprender, y de admirar por parte de marcas, diseñadores e incluso marketers. Que llevan a otro nivel el fenómeno visual, cultural y social que es la moda.

Lo que sucede en estos últimos años, en mi opinión, es que se convirtió más en un circo mediático, de negocios y aspiraciones, que en un evento de moda. Algo así como lo viene sucediendo también con la Gala del Met. Ya es tan mainstream que se vacía completamente de sentido.

Cuando leo reportes de las diferentes medios acerca de las semanas de la moda, las noticias que más recurrentes siempre están vinculada a:

¿QUIÉN HIZO EL SHOW MÁS VIRAL?

¿QUIÉN TUVO A LOS INVITADOS MÁS FAMOSOS?

¿QUIÉN TIENE A LAS MODELOS MEJOR COTIZADAS DEL MOMENTO? Incluso y acá me puedo ir un poco al carajo, peroooo en muchos casos SOLO SE HABLA DE LA PROPUESTA CREATIVA, DEL CONCEPTO, pero poco, muy poco, se habla de la ropa.

En ese afán de compartir con la propuesta creativa, rupturista y viral que vemos en redes día a día, es que nos encontramos con la MEMETIZACION de los DESFILES en Fashion Week. El éxito de la moda clickbait de Balenciaga fue un resultado de esto.

Algunas marcas como AVAVAV, SUNNEI o DISEL han comprendido perfectamente como llevar ese lenguaje a sus espectáculos y a sus marcas, pero en la mayoría de los otros casos oscilamos entre LLAMADAS DE ATENCIÓN VACÍAS o propuestas ABURRIDAS y demasiado TRADICIONALISTAS.

El ejemplo que más me hizo ruido en estos últimos días fue el desfile de DIOR de María Grazia Churi primavera/verano 2024.

Si bien su colección estaba vinculada en algún punto con su propuesta creativa desde la idea, pareciera como que la indumentaria y el desfile corrían por dos carriles separados. Una propuesta de desfile pensada para viralizarse en redes, o para que los asistentes saque fotos y compartan, con pantallas en colores neón, frases feministas llevadas adelante por la artista Elena Bellantoni. Y muy a tono con la película más taquillera de los últimos tiempos: BARBIE.

Y, por otro lado, muy diferente las prendas de su colección. Con una paleta cromática que iba en blancos, negros, pero que también se mete en tonos dorados, crema, puntillas, flores bordadas, estampados con una estética antigua, faldas de flores, y la camisa blanca reinventada en muchas formas.

Pareciera como que María Grazia hubiese querido con ese evento hablarle a los dos públicos: Los que asisten por el espectáculo y los que asisten por el diseño. Pero en algún punto, no pudo hacerlos convivir tan bien.

Como consumidora de moda, generadora de contenidos y fanática de los fenómenos sociales, siento que «LA MODA» está sucediendo en un montón de otros lugares, incluso más relevantes que en «LAS SEMANAS DE LA MODA».

Más allá de «en las calles» que es la respuesta obvia y que siempre me gusta dar, hoy siento que las fashion weeks funcionan más como reactivas a los fenómenos sociales de la moda, que a ser las pioneras en las propuestas.

Los ritmos acelerados de comunicación, hacen que hoy veamos en Instagram o en TikTok propuestas creativas espectaculares, que se materializan en minutos y rompen con todos los calendarios. Fenómenos como el de BARBIE, The Eras Tour de Taylor Swift, el estilo MOTOMAMI, o la escalada viral de determinados influencers de moda proponiendo códigos de vestimenta que se masifican en instantes a nivel mundial, se convierten en fenómenos mucho más poderosos o que al menos compiten en orden de relevancia con los Fashion Weeks.

Hoy el FASHION WEEK está en nuestros teléfonos, y más precisamente en EL ALGORITMO.

La Lupita de instagram o el for you page de tiktok o nuestra página de entrada de pinterst, son nuestro propio FASHION WEEK.

Un fashion week que es relevante para nosotros, que nos llega directo, que no requiere viajes y que nos habla de lo que queremos escuchar. Nos muestra tendencias, y hasta nos dice donde comprarlas con un solo clic. Escuchamos a los diseñadores hablar de primera mano, a los compradores recomendando o no sus productos, a las cerebritis usándolo y a las influencers inspirándonoslos con ideas.

Esta Fashion Week está hecha a medida de nuestros gustos y nuestras necesidades y convive con muchas otras temáticas que también nos interesa.

Y ojo, esto no es un llamado a ENCERRARSE EN LOS CELULARES y no mirar más allá de lo que el algoritmo propone, sino que consiste en invitar a moldear nuestro algoritmo con base en lo que NOSOTROS QUEREMOS VER.

Porque al fin y al cabo, la FASHION WEEK está en tu mente.

Podría seguir hablando mil horas del tema, y de hecho creo que lo voy a hacer, prendiendo el micrófono y grabando un episodio de #VIVALAMODAPODCAST e invitando a alguien mas a que lo charle conmigo para no monopolizar el discurso 💕

Pero mas o menos la idea esta acá. Ahora les voy a pedir, como cada vez que hago news larguísimos, que si llegaron hasta acá, me respondan este email con la palabra clave: HARTA!

Quiero saber si hay vida en este planeta llamado VIVALETTER y si opinan algo similar o nada que ver sobre el tema.

Por lo pronto me despido y me voy a buscar a Rafi al Jardin.


Si te interesa seguir mirando y escuchando contenido de moda y tendencias podes suscribirse a mi canal de YouTube y a mi podcast en Spotify y también te invito a seguirme en Instagram y en TikTok.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *